– Tima, cuarta (y última) página –

3.6.6. Panqueques y felicidad

Tal vez uno de los mejores momentos fue cuando hizo panqueques para todos los niños: antes de comer, el personal les explicó eso a todos, todos esperando en las mesas, y Tima estaba de pie en el medio y todos lo aplaudieron y felicitaron; era visible que él entendía, y estaba MUY feliz. Fue realmente conmovedor.

Este día, 9 de agosto,después de dos días muy exitosos de «servir», hemos querido hacer algunas cosas un poco más complicadas (y más gratificantes) que simplemente poner la mesa y llevar los platos.
No seguí el momento en que participó en la elaboración de la masa para estos panqueques.
(No son exactamente panqueques o pasteles o galletas, pero no sé cómo se llama. Tal vez blinis.)

Aquí, su instructor comienza mostrándole qué hacer.
(Fotos tomadas por instructores y enviadas a mí)

Tima es aplaudida por todos los niños cuando les explicamos que él es quien hizo estos pasteles (que están a punto de ser servidos).
Él entiende y está extremadamente feliz 🙂

(4 fotos tomadas por instructores y enviadas a mí)

Esto es lo que necesitamos los autistas: aceptación, que conduzca a la autoestima, necesaria para encontrar nuestro lugar en la sociedad. No los hospitales y centros especiales.

9 de agosto (es decir, el día después de estos dos días de entrenamiento de «restaurante», y después del «episodio glorioso de pasteles»), alrededor de las 10 pm.
Vemos que Tima habla más fácilmente.
Zhanna (que lo conoce desde hace bastante tiempo) está muy feliz de ver esta metamorfosis.
Además, podemos notar que ahora está de pie derecho (con la espalda recta), sin embargo, no hemos hecho nada específico al respecto.

El último día, regresó a la ciudad en el autobús normal con los demás, sin ningún problema, por supuesto (aunque parecía «imposible» para su hermana al principio).
Recibimos a este niño «como un juguete» al principio y lo trajimos de vuelta a su familia «como un niño».
Insistí con su hermana en que lo hiciera «haciendo cosas normales con niños normales», y ella lo prometió. De todos modos, ella podía medir claramente la diferencia «entre / después», podía ver que no había peligro en el cambio, que era posible y beneficioso, por lo que entendió que *ellos* (la familia) tenían que cambiar, por el bien de Tima, y que es posible y fácil: solo trátelo normalmente.
Aparentemente, eso es lo que están haciendo ahora, así que una vez más esto es un pequeño éxito, y estamos muy contentos de haber ayudado a este niño a comenzar a «bajar de su nube» y llegar a la vida real.

Esta historia es particularmente interesante también porque es el resultado de la colaboración de un autista (yo), la madre de un autista (Zhanat) y otro autista (el presidente de la asociación francesa que pagó su estancia).
Así que es «muy autista». Y todo funcionó bien 🙂

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